APYME RECLAMA UN TRATO JUSTO PARA TODAS LAS EMPRESAS LOCALES
El Honorable Concejo Deliberante acaba de condonar parte de la deuda que Supermercados Toledo tiene con el municipio local.
Este hecho nos lleva a realizar algunas reflexiones que entendemos deben ser consideradas.
En la mitad de los años '90 se inicia el auge del supermercadismo en el país en general y en nuestra ciudad en particular; esa época fue signada por modelos económicos que destruyeron miles de pymes, generando también destrucción de mano de obra y por lo consiguiente pérdida de mercado interno, lo que condicionó fuertemente a las empresas que sobrevivieron.
Ese desarrollo incontrolado del supermercadismo amparado por los políticos de turno concentró enormemente la comercialización, lo que aumentó la desocupación.
Antes de su expansión los comercios minoristas satisfacían el 70 % de la demanda interna mientras los supermercados cubrían el 30% restante, pero con la gran diferencia que por cada puesto de trabajo cubierto en un supermercado se perdían siete puestos en el resto de las mipymes marplatenses.
En particular, Supermercados Toledo siempre resultó directo beneficiado de las políticas aplicadas en esa época, tanto por el estado provincial y como por el municipal. Esta realidad fue tan marcada, que en una de las tantas crisis de la pesca, a los obreros de esa industria se les completaba el sueldo con bonos que solo podían ser cambiados en esa cadena de supermercados. Además, vale recordar, durante más de cuatro años el estado financió con un promedio de $ 700 a cada uno de sus empleados, para salvaguardar los puestos de trabajo en juego.
Mientras que esa cadena amenazaba con la grave crisis social que generaría el despido de sus miles de trabajadores en caso de presentar quiebra si tales ayudas financieras eran cortadas, realizó importantes exportaciones en particular a China y a Venezuela.
Aquí es donde funciona la lógica del temor entre quienes aprobaron el beneficio otorgado a esta empresa. Es con esta lógica perversa que funcionan la mayoría de las grandes empresas, donde las ganancias siempre le son propias, pero las pérdidas exigen que sean compartidas por el conjunto de la sociedad que debe así correr en su auxilio. La verdadera lógica sería que asuma el riesgo empresario, y que en este caso emplee las ganancias de esas exportaciones para sanear su situación actual, como haría cualquier hijo de vecino que posea un emprendimiento personal.
Desde el año 2003, como consecuencia de la aplicación de una política diametralmente opuesta a la aplicada en la década anterior que ha privilegiado el mercado interno, y en gran medida por mérito propio, las mipymes locales han recuperado protagonismo en la ciudad, tanto en la generación de nuevos puestos de trabajo como en aportes al conjunto de la sociedad, incluso incorporando nuevos actores y puertos de trabajo genuinos al mercado formal.
Es por todo esto que creemos que esa decisión es injusta para con el resto de las empresas de la ciudad, que no solo generan la mayor cantidad de mano de obra (más de 50.000 empleados entre comercios y servicios), sino que además aportan el mayor porcentaje al PBI en el partido de General Pueyrredon.
Y es por todo eso que reclamamos un trato justo e igualitario, entendiendo que una alternativa es trabajar sobre algunas de las barreras que se le presentan a las mypimes, tales como la disminución de los derechos de bromatología en la empresas dedicadas al rubro alimenticio, disminución en las facturas de los servicios públicos del monto que el municipio percibe por derechos de cableado, telefónico, cable y luz, disminución del impuesto de cartelería, etc.
Carlos Oviedo
Presidente
Guillermina Aumedes
Secretaria
Jorge Delacroix
Vicepresidente Nacional
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