SOCIEDAD BASADA EN LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
El 18 de octubre de 2001 los presidentes del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y de la Unión Industrial Argentina, con la presencia de todos los Rectores de las Universidades Nacionales del país firmaron un acuerdo donde, entre otras cuestiones se consagró “…la necesidad de una estrategia que coloque a toda la sociedad argentina en un camino compartido de desarrollo integral…” reconociendo “…cuatro problemas para ubicarse ventajosamente en un nuevo sistema global: competitividad, gobernabilidad, cohesión social y sustentabilidad ecológica e intergeneracional”
En dicho documento se estableció, ya en el 2001 y frente a la inminencia de la crisis que azotó a nuestro país, que “…la sociedad basada en la economía del conocimiento no es una sociedad que sabe sino una sociedad que aprende…” y que “…en los países industrializados se ha producido primero una aproximación entre universidades y empresas y más recientemente una especie de simbiosis entre los mismos, generando así los llamados clusters…”
Por último afirma “…que en nuestro país no se ha producido el cambio cultural que se requiere a todos los niveles para pasar a una economía de producción competitiva internacionalmente, ni se han generado las instituciones indispensables para ello.”
Han transcurrido dos décadas de aquel diagnóstico que la crisis del 2001/2002 se llevó puesto y que sólo quedó en una interesante expresión de deseo que no alcanzo a generar acciones concretas en la dirección que se proponía.
Hoy, veinte años después, se vuelve a expresar la voluntad de desarrollar la economía del conocimiento y se toman medidas en tal sentido, como la promulgación por parte del poder Ejecutivo Nacional de la Ley 27570, su reglamentación y disposiciones complementarias dictadas por el Ministerio de Desarrollo Productivo, lo que debiera permitir y facilitar el acceso a mayor cantidad de Mipymes a los distintos programas, así como a promover el desarrollo industrial con mayor sentido federal.
Pareciera que se toma el camino correcto, sin embargo, como se desprende de aquel documento del 2001, no es posible que la relación entre el sistema productivo y el educativo pueda desarrollarse “…sin integrar a las mayorías.” Una pata de esas mayorías es el universo Pymes y Mipymes, la otra es la totalidad del sistema universitario nacional representado por las Universidades Nacionales con sede a lo largo y ancho del país
La UNESCO en su documento de Política para el Cambio y el Desarrollo de la Educación Superior afirma: “La asociación activa de la comunidad universitaria con los agentes económicos es parte integrante de la misión de la educación superior”
Esta nueva crisis derivada de cuatro años de desindustrialización, agravada por el fenómeno mundial del virus COVID-19, nos encuentra con indicadores de nivel educativo y tecnológicos todavía relativamente aceptables. Por lo tanto resulta pertinente interrogarnos sobre el estado de las relaciones entre la educación en todos sus niveles, pero en especial la superior, el sistema de investigación y desarrollo y los procesos productivos. Es decir esa segunda pata de las mayorías que deben integrarse al universo Pymes y Mipymes.
No alcanza la letra de la ley que promociona la economía del conocimiento si una gran parte de quienes generan el conocimiento se amparan en una desvirtuada autonomía provocando el aislamiento del sistema frente a los grandes problemas nacionales.
Es tiempo que las autoridades del sistema educativo superior estatal, en todos los niveles, y del sistema de investigación y desarrollo tomen seriamente la necesidad de una efectiva asociación con los agentes económicos y que ello pase a formar parte integrante de la misión de extensión, tantas veces declamada pero devaluada al momento de asignar recursos y decisión política para que su impacto sea efectivo.
Nuestra Universidad Nacional de Mar de Plata en pocos meses renovará sus autoridades centrales y de cada unidad académica, es menester que quienes aspiren a conducirla puedan estar a la altura de los requerimientos de una sociedad basada en la economía del conocimiento, constituyendo una malla de relaciones y un sistema de información que potencie y socialice sus actividades.
Esa será su misión.
CP Daniel Hugo Pérez – APyME Delegación Mar del Plata
Mar del Plata, 9 de agosto de 2021.