Nadie pone en tela de juicio la significación que los conceptos de “educación” y “docencia” tienen para una sociedad.

Pero si hablamos de los “docentes” aquí si podemos encontrar diferencias, y en especial si nos referimos a los docentes que, desde hace casi una década, vienen logrando sustanciales mejoras que los ubican muy lejos del nivel salarial del resto de los trabajadores.

Ellos hablan del “salario inicial”. Mis antiguos maestros me enseñaron que decir la verdad a medias, es una forma de mentir.

Veamos:

Resulta que, en primer lugar, no aclaran que dicho salario es por 4 horas de tarea (el 50% de los maestros tienen doble cargo o sea que trabajan y perciben dos salarios básicos), tampoco aclaran que el adicional por antigüedad supera el 100% a los 25 años, o sea, que avanzada la carrera, un docente percibe por dicho concepto casi otro salario inicial. También se olvidan de mencionar el aporte que significan el incentivo docente y otros tantos beneficios incluidos en el estatuto docente.

Sus salarios de bolsillo se han incrementado en esta última década, casi un 100% a valores reales, o sea un 100% de aumento por encima del índice inflacionario.

Mantienen y han incrementado el resto de sus “diferencias” con los demás trabajadores privados, como licencias especiales, régimen de justificación de faltas, trabajo de lunes a viernes, de marzo a diciembre (23 de diciembre), receso invernal, beneficio jubilatorio móvil y cinco años antes que el resto, son algunas de dichas “diferencias”.
Y a cambio de todo ello estos docentes, año tras año al inicio de clases, presionan sobre el poder político tomando de rehenes a los niños y sus padres para lograr más y más privilegios.

Y decimos privilegios, pues cuando lo que se pretende son beneficios para unos pocos a costa del resto de la comunidad, dejan de ser conquistas gremiales.

Vemos que los afectados directos por estos hechos son los integrantes de la clase trabajadora (empleados, trabajadores autónomos, pequeños y medianos empresarios) cuyos hijos son los que concurren a las escuelas públicas, y a su vez son quienes las solventan, ya que es bien sabido que el resto de la sociedad realiza aportes que no se compadecen con sus ingresos y tampoco sufren las consecuencias de ese accionar por cuanto sus hijos en general concurren a escuelas privadas.

Si bien este colectivo no está integrado por todos los docentes según las declaraciones de los propios gremialistas, el acatamiento a los paros de los últimos años ha sido superior al 90% entre los docentes de establecimientos públicos. Esto nos autoriza a decir que casi todos los docentes públicos mantienen las conductas antes descriptas, a las que, con todo derecho, podemos catalogar de egoístas, carentes de solidaridad, y a nuestro criterio,  ausencia de vocación y falta de ética ciudadana.

Por lo expresado, es que repudiamos el paro decretado y reclamamos por un profundo cambio de este tipo de conductas que haga que se reinserten con dignidad en la comunidad a la cual nunca debieron darle la espalda.

Mar el Plata, 11 de marzo de 2014

Mesa Ejecutiva - Delegación Apyme Mar del Plata