INDUSTRIA O BUITRES

Ante una nueva conmemoración del Día de la Industria Nacional la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) ratifica su ideario de defensa de la producción y el trabajo locales como pilares de un proyecto de desarrollo con equidad social.

Tras el desmantelamiento de la industria y el aparato productivo causado por las políticas neoliberales iniciadas en 1976 y extremadas en los ’90, la Argentina registró en los últimos años un periodo de crecimiento sostenido con un fuerte papel de la industria y de las Pymes. Sobre la base de una política económica autónoma y un papel activo del Estado, se crearon más de un millón de puestos de trabajo en las distintas ramas industriales y se experimentó una continua, aunque desigual, creación de unidades productivas.

Esta tendencia positiva persistió a pesar de los efectos de la crisis internacional a partir de 2008, con una expansión de 21 % entre 2007 y 2012. La creación del Ministerio de Industria, la Secretaría Pyme y Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva son testimonios vigentes de la importancia asignada al fomento sectorial.

Si bien son enormes los desafíos pendientes para avanzar hacia la recomposición integral de la industria nacional, creemos que el camino iniciado es el correcto y debe profundizarse.

En el periodo actual, como es notorio, se experimenta un freno en la actividad industrial en una coyuntura de retracción de mercados, en particular el brasileño, y el recrudecimiento de la restricción externa en gran medida derivada de debilidades estructurales de nuestro país, fruto de décadas de desindustrialización.

Ante estas circunstancias, se oyen voces de representantes de las grandes empresas, en su mayor parte multinacionales y de carácter monopólico y oligopólico (que han obtenido ganancias extraordinarias en los últimos diez años), clamar por soluciones que implican la vuelta a un Estado mínimo y el funcionamiento de mercados desregulados.

Amplificados por sus voceros políticos y mediáticos, argumentan que la inflación, la merma del consumo y la falta de solución a los conflictos con los acreedores externos les impiden invertir, pero son los mismos actores que manejan a su arbitrio los mercados, promueven devaluaciones, incrementan sistemáticamente los precios e imponen condiciones abusivas a los eslabones más débiles de las cadenas productivas y de comercialización.

No son una “mano invisible”, se trata de conglomerados corporativos hoy agrupados en el G6 y el Foro de Convergencia Empresarial, que representan sólo un 5 % del total de empresas pero pretenden subordinar al Estado a fin de garantizar las condiciones que permitan la maximización de sus intereses, no importa la suerte que corra el país ni sus ciudadanos.

Por el contrario, desde APYME, junto con la gran mayoría de los empresarios de capitales nacionales, estamos convencidos de que a fin de superar los problemas de la coyuntura y retomar un camino de crecimiento sostenido para nuestras empresas y el país, hace falta redoblar la apuesta por la recuperación de la industria local y la sustitución de importaciones, a la par del fomento de la demanda en el mercado interno y las exportaciones con mayor valor agregado.

Un proceso de reindustrialización implica una apuesta sostenida a la diversificación de la matriz productiva con alto desarrollo tecnológico que nos preserve de los recurrentes ciclos de crisis externas, y por consiguiente una planificación estratégica con participación de los distintos segmentos productivos y el Estado, que aborde las problemáticas estructurales. Se necesitará avanzar con normativas acordes para el sistema financiero, el régimen tributario, el fomento a las Mipymes, las inversiones extranjeras y el manejo de los recursos estratégicos.

Esto sólo se puede lograr a contramano de las políticas que pretenden imponer los buitres de adentro y de afuera. En este sentido hoy es indispensable contar con la Ley de Pago Soberano y la normativa de defensa del consumidor, que también defiende a las Pymes y el empleo.

Será preciso construir colectivamente una auténtica “seguridad jurídica” democrática y con sentido social, que ponga límites a los especuladores y aporte mayores niveles de institucionalidad en resguardo de la actividad productiva, los derechos de todos los ciudadanos, la soberanía argentina, la integración regional y la inserción autónoma de nuestro país en el ámbito internacional.

 

Carlos Filippini

Presidente de APYME 

Mar del Plata 

 

Gustavo Casciotti

Secretario de APYME

Mar del Plata

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