Los representantes del Empresariado Nacional denunciamos el ataque a las autoridades del Banco Central de la República Argentina por parte de las entidades que agrupan a las grandes corporaciones y los bancos extranjeros en nuestro país.

Como es de público conocimiento, la autoridad monetaria emitió una resolución el pasado miércoles 1 de abril mediante la cual se inhabilita al máximo responsable de la sucursal argentina del Citibank para continuar ejerciendo sus funciones. Esta resolución se tomó  tras conocerse el acuerdo firmado por la representación local de ese banco con los fondos buitres y el Juez Griesa. A raíz de ese mismo acuerdo, violatorio de las leyes argentinas, la Comisión Nacional de Valores había dispuesto la suspensión preventiva del Citibank para operar en el mercado de valores locales.

Debe recordarse que el conflicto se da en el marco de los fallos arbitrarios y sesgados del juez de Nueva York, quien además de mantener bloqueado el pago de bonos bajo legislación extranjera busca impedir el pago de bonos con jurisdicción local. Las maniobras de Griesa en favor de los especuladores globales incluyeron en los últimos meses la habilitación del mecanismo llamado mee too para que otros fondos se sumen al reclamo doloso de los buitres contra la Argentina.

A estas acciones neocoloniales se sumaron recientemente las manifestaciones de la subsecretaria para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, quien afirmó que la economía argentina se encuentra “en muy mala forma” y señaló la “preocupación” de empresas de su país sobre el control de divisas, que consideran “una barrera a la inversión privada”.

No es casualidad que el discurso de la funcionaria coincida ideológicamente con los postulados de quienes arremeten contra las decisiones del directorio del Banco Central: AEA (Asociación Empresaria Argentina) y ABA (Asociación de Bancos de la Argentina) ya se han expresado reiteradamente, a través del Foro de Convergencia Empresarial, Idea y otras agrupaciones, sobre la necesidad de que el país vuelva a la “normalidad” del libre juego de los mercados, el Estado mínimo y la “integración con el mundo” (que consiste en resignar el manejo soberano de la economía y allanarse al endeudamiento especulativo).

Los empresarios nacionales repetimos una vez más que no nos sentimos representados por esos postulados ni por quienes los sostienen.

Por el contrario, creemos firmemente que sólo puede alcanzarse el bienestar de la población mediante políticas activas, encaminadas al desarrollo industrial y bajo un criterio redistributivo que procure la inclusión social, el desarrollo del mercado interno y las exportaciones con valor agregado.

AEA, ABA y sus socios políticos no atacan a las autoridades por ver seriamente  afectados sus negocios, ya que su integrantes han obtenido y obtienen cuantiosas utilidades en el país, sino porque necesitan condicionar al poder político a fin de que vuelva a  reinar la impunidad de los poderosos y los dueños de la tierra.

En este sentido, respaldamos plenamente el accionar del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, quien a seis meses de haber asumido su cargo no sólo ratifica su idoneidad y eficacia para controlar las variables cambiarias y monetarias sino que ha podido demostrar que sólo mediante la decidida acción de un Estado soberano pueden y deben regularse las fuerzas económicas, que de otra forma se regirían por las políticas del zorro en el gallinero.

Los empresarios nacionales reivindicamos el trabajo y la producción en nombre de la mayoría de las empresas argentinas, que buscan producir e invertir en el país, y desde esta postura  denunciamos a quienes arremeten contra las legítimas autoridades de la Nación con el fin último de volver a instaurar las viejas recetas de endeudamiento y ajuste.

Se trata, ni más ni menos, de los cómplices de la dictadura y los gobiernos antipopulares, que con nuevos ropajes republicanos pretenden decirnos cuáles son los límites de la democracia, es decir, los que coinciden con sus propios intereses.

Llamamos al conjunto de los argentinos a permanecer alertas ante estas maniobras y a reflexionar sobre los proyectos de país que están en juego bajo los conflictos que afrontamos día a día: el viejo país de la especulación y las relaciones carnales con las potencias extranjeras o el país que aún está surgiendo y queremos ver crecer, el de la producción, el trabajo nacional y el desarrollo soberano para todos sus habitantes.