PROFUNDIZANDO EL CAMBIO: LA SEMÁNTICA Y LA ALTERACIÓN DE SIGNIFICADOS

Las palabras no son neutrales. Además el uso de determinados palabras para designar situaciones que no se corresponden con la realidad, genera una clara adulteración de los significados y habilita decisiones que sólo podrían tomarse a partir de ese CAMBIO de sentido instalado.

151216 Gustavo


Cuando insistentemente se denomina “cepo” al control del mercado de cambios implementado por el Estado, en el marco de políticas públicas destinadas a administrar un recurso estratégico y escaso como son las divisas, que cobra especial significación en el marco estructural de la llamada restricción externa, se está instalando deliberadamente una significación negativa (instrumento de tortura) que parecería habilitar su inmediata eliminación.

Si por el contrario llamamos a las cosas por su nombre, concluiremos que el manejo de las divisas por parte del Estado soberano permite abonar todas las importaciones de bienes y servicios, los gastos en turismo, venta de pasajes, amortizaciones de préstamos, servicios de intereses e incluso  compra de moneda extranjera para ahorro.

Cuando insistentemente se denomina “blue” al dólar ilegal, que representa una porción ínfima del mercado de divisas, que no responde a variables de la economía real,  sino que es de carácter meramente especulativo, se están generando las condiciones para habilitar un “sinceramiento” de la cotización. Esto es, una devaluación que en todos los casos significa una alteración de los precios relativos, en donde los sectores de ingresos fijos y las PYMES, son siempre los más desfavorecidos. O sea se produce indefectiblemente una transferencia de recursos de los sectores populares (asalariados, jubilados, PYMES) a los de mayor concentración económica.

Cuando insistentemente se atribuye el origen de la inflación al aumento de salarios o la emisión monetaria, ocultando la causa medular que está vinculada con la puja distributiva, se propician las políticas de ajuste. Se habilita así la precarización laboral, el congelamiento de salarios y el achicamiento del gasto público, con la consecuente reducción del consumo y los niveles de recaudación impositiva.

Cuando insistentemente  se niega la evolución positiva registrada en la última década en los niveles de pobreza y en la distribución de la  riqueza, medida por el coeficiente  de Gini, a partir de la aplicación de políticas contracíclicas, se oculta que los mismos actores económicos (CEOs de empresas que ocupan cargos ministeriales) que hoy propician pobreza cero, son los que por su posición dominante determinan aumentos de precios que deterioran el poder adquisitivo y contribuyen a que ese objetivo esté cada vez más lejano.  

El lenguaje es uno de los ámbitos  más significativos en el que se disputa la batalla cultural, precisamente pues detrás de cada palabra hay una intencionalidad, una significación que moldea sentido común.

El desafío será entonces transformar y precisar los contenidos y llamar las cosas por su nombre:

El control de cambios es una herramienta de política económica,

El dólar ilegal es aquél que se comercializa fuera del mercado único y oficial de cambios

La inflación en nuestro país es producida por la voracidad en la maximización del lucro de los actores económicos con posición dominante.

La pobreza es generada por la inequitativa distribución de riqueza y sólo podrá reducirse con una intervención directa del Estado a través de políticas re distribucionistas.

Las palabras no son neutrales, tampoco inocentes.

 

Gustavo Casciotti
Secretario

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