Emilio Katz, tesorero de APYME y empresario textil, también participó del programa y relató la situación del rubro: “creo que si analizamos la ‘herencia recibida’ no podemos decir que haya sido mala. En este momento, cuando Macri dice que pasaremos de ser el ‘granero del mundo’ a ser ‘el supermercado del mundo’ y vemos mientras tanto que desde diciembre hasta hoy hay 107 000 nuevos desempleados y empiezan las suspensiones de personal, y los precios de los productos están desmadrados, me da la sensación de que puede pasar algo similar a lo ocurrido en los 90”.

Puntualizó, sobre la situación del rubro, que “en nuestro esquema productivo, quienes están en la punta de la pirámide son los que están esperando en fila a que se abran las importaciones para traer productos de afuera todo lo que puedan. La ley de Prat Gay dice que a partir de junio se podrá importar lo que se quiera. Eso es algo que nos preocupa a todos”.

Con respecto a la posición de los textiles sobre la apertura de importaciones, expresó que “el gobierno plantea un modelo agroexportador y agroindustrial con derrame de utilidades y tendiente a la pobreza cero, pero yo me pregunto: ¿qué sucede con el resto de los sectores que a lo largo de estos últimos doce años trabajamos en el proceso productivo en la Argentina? En este momento la industria, las PyMEs y el mercado interno no están en la escena ni en la agenda del gobierno”.

Opinión de Mundo Empresarial

Leo Bilanski, director de Mundo Empresarial, ofreció su mirada sobre la cuestión de las importaciones: “la oleada de productos importados todavía no se produjo, pero no por una falta de voluntad de la política de producción nacional sino por una escasez de divisas; ellos buscan acordar en forma temprana con los fondos buitre, pagarles y recién sí contar con una capacidad financiera más holgada para financiar lo que puede ser la próxima destrucción de la industria nacional a manos de productos de Brasil y del sudeste asiático”.

Con respecto a la revolución productiva planteada por Macri, expresó “hoy Macri quiso implementar esa revolución en Expoagro. Al campo le plantea la revolución productiva y a las PyMEs les dice que ‘vamos a cuidar un poco el mercado y los puestos de trabajo’; no está planteando un modelo equilibrado de desarrollo entre las PyMEs industriales y los sectores de commodities como el campo ó con sus productos manufacturados como el aceite. Tampoco con otros sectores monopólicos como la fabricación de aluminio o acero. Estamos viendo un modelo que no es feliz para todos. Va a suceder que los sectores que manejan la comercialización vean la oportunidad de traer productos que sobran en el mundo”.

Agregó además que si “Argentina avanza a contramarcha de todos los países, con predisposición a incorporar estos bienes que sobran en otros países, lo que estamos diciendo es que le daremos trabajo a Bangladesh, Myanmar e incluso Brasil y no a La Matanza, Tres de Febrero o San Martín”. Añadió: “Hay un estancamiento del mercado interno que se ve reflejado en las ventas minoristas que cayeron un 3,4% y además hay un 9% de locales minoristas cerrados. Claramente lo que se está planteando es que si bien la industria está preparada, tiene que haber un equilibrio entre consumo y producción; de otro modo no se harán las inversiones necesarias para mantener girando el círculo virtuoso de producción y desarrollo”.

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