La muerte del fiscal Alberto Nisman constituye un suceso trágico y conmocionante que la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) deplora, al tiempo que repudia, los intentos de ciertos sectores políticos y grupos de poder económico y mediático por utilizarlo con fines ajenos al imprescindible esclarecimiento del hecho.

Es llamativo que algunos de esos grupos, que hasta hace pocos días descalificaban la investigación, procesamiento y castigo de violaciones a derechos humanos hoy pretendan convertirse en portaestandartes del justo reclamo de Verdad y Justicia. No son tan terminantes en incluir la Memoria, fundamental bandera reivindicativa de los reclamos ciudadanos. Quizá porque la memoria conserva testimonios de complicidades cívico-militares o cuentas no declaradas en el exterior.

La lamentable muerte del fiscal ocultó en parte la endeblez de los argumentos y falta de pruebas de su promocionada denuncia, realizada en un contexto judicial atípico y sorprendente.

Este triste episodio se suma a un conjunto coherente que apunta a debilitar el proceso democrático recuperado después de una de las más negras noches de la historia argentina. Armas distintas para objetivos similares.

APYME reafirma su compromiso en defensa del actual proyecto político y económico que, por cierto, demanda y admite correcciones y mejoras. Somos conscientes de que la profundización antes citada necesariamente requiere atacar arraigados ámbitos de poder que responden corporativamente en defensa de sus privilegios.

La República y sus instituciones no son palabras huecas de cita cotidiana por quienes motorizan protestas sin propuestas. En momentos como éstos – y en un mundo convulsionado - más que nunca debemos aportarles contenidos, respetarlas y defenderlas.