EL DESAFIO DE SOBREVIVIR SIENDO PYME

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Las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a un escenario de mayor actividad, pero sin herramientas para crecer. La falta de financiamiento bancario y la caída de la rentabilidad serán los principales escollos a sortear durante este año.

Las Pyme crecerán este año 6,5 por ciento en volumen de actividad. El desafío es sostener la rentabilidad en un contexto de mayores costos y alta competencia.

 

Por Diego Dávila

 

 

En estos años, las pequeñas y medianas empresas (Pyme) no habían tenido un escenario tan prometedor como el actual: el consumo crece, la actividad está en alza y el Gobierno promete seguir protegiendo al mercado interno.

Sin embargo, nunca como ahora cuesta tanto avanzar: no hay crédito para financiar el crecimiento, los mayores costos y los salarios reducen la rentabilidad y para peor las elecciones generan muchas dudas.

Frente a una economía que exige más y más, las Pyme se enfrentan a los dilemas de crecer. Sumar tecnología o arreglarse con lo que tienen, tomar personal o elevar la producción con el actual plantel, mejorar los procesos internos o apostar a nuevos productos, son sólo algunas de las preguntas que se hace el sector.

Según Rubén Martos, presidente de Federación Comercial (Fedecom), despejadas las dudas por los efectos de la sequía, se espera que las Pyme de la provincia crezcan 6,5 por ciento en volumen de actividad, ya que se estima un buen desempeño de la zona agrícola y ganadera, como también en la industria metalmecánica, que tendrán su derrame en el comercio y el sector inmobiliario.
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Para Eduardo Fernández, (flamante) presidente nacional de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), el contexto macroeconómico (la continuidad de los superávit fiscal y comercial y la estabilidad del dólar) también "ofrecen un panorama de crecimiento para el sector".

El desafío es sostener la rentabilidad en un contexto inflacionario, cuando las Pyme no pueden actualizar los precios por competencia de las grandes empresas y la importación.

La primera edición de la Encuesta IeralPyme, que presentó este mes el instituto de la Fundación Mediterránea, arroja un dato preocupante: en 2010 aumentaron su rentabilidad 51 por ciento de las grandes empresas, 35 por ciento de las medianas y sólo 26 por ciento de las pequeñas; además, las mayores caídas se registraron en las medianas empresas (44 por ciento) y en las más chicas (33 por ciento).

"Las grandes empresas comenzaron a recuperarse a mediados de 2009; las medianas recién a partir de 2010 se subieron al tren de recupero, mientras las micro todavía tienen un cierto retraso. Hay una relación directa entre el tamaño de la empresa y las posibilidades de recuperación", resalta Luciano Crisafulli, investigador responsable área Pyme del Ieral.

El rol de la rentabilidad.

La caída de la rentabilidad no sólo impacta en el presente, sino también en el futuro. Según el Ieral, para las pequeñas empresas el capital propio es la fuente de financiamiento en 79 por ciento de los casos, mientras que el crédito bancario apenas llega a 14 por ciento.

"Los mayores costos quitan fondos y si no pueden acumular ganancias no pueden invertir", advierte el economista.

El financiamiento "es el talón de Aquiles de las Pyme y el problema es la falta de políticas con el conjunto del sistema bancario", advierte el titular de Apyme, entidad que viene reclamando la reforma a la Ley de Entidades Financieras.

Esta menor rentabilidad incide en forma directa en la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.

La Encuesta IeralPyme resalta que en 2011 esperan invertir en innovación 93 por ciento de las grandes empresas, 85 por ciento de las medianas y 69 por ciento de las micro empresas, lo que muestra que la posibilidad de invertir también está en relación al tamaño de la firma.

En el destino de las inversiones, también se juega un aspecto clave del mercado: para la mejora en la calidad de los procesos invertirá 59 por ciento de las grandes empresas, 37 por ciento de las medianas y 24 por ciento de las pequeñas.

"Esto genera un círculo vicioso: la fuente de la inversión es la rentabilidad, pero como no alcanza para invertir en mejorar procesos pierde competitividad, lo que termina afectando aún más la rentabilidad. Hay que generar fuentes de financiamiento", insiste Crisafulli.

Cuentas pendientes.

Para Eduardo Fernández, el escenario electoral previsto para 2011 no sólo genera dudas sobre el futuro, sino que además retrasa el abordaje de las cuentas pendientes con el sector, el tratamiento de problemas que marcan la suerte de las Pyme.

"Esto impide que la dirigencia actúe unida para fijar los temas de agenda, como el financiamiento y la reforma de la ley de entidades financieras, una nueva ley marco para las micro, la orientación de los recursos del Estado, una verdadera reforma fiscal que elimine impuestos distorsivos para el sector como el impuesto al cheque", advierte el presidente de Apyme.

Según la encuesta del Ieral, la inestabilidad política preocupa a 52 por ciento de las grandes empresas y de las micro y a 32 por ciento de las medianas empresas.

La carga impositiva es observada como un obstáculo para 32 por ciento de las medianas empresas, para 17 por ciento de las pequeñas (sector con mayor la evasión) y para el seis por ciento de las grandes empresas (que diluyen el costo impositivo en sus grandes volúmenes de producción).

La legislación y el costo laboral es la segunda preocupación de las empresas. La mayor inquietud es en las grandes (33 por ciento), ya que a medida que se reduce el tamaño aumenta la informalidad.

 

La Voz del Interior, Córdoba, 16/01/2011

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